martes, 5 de junio de 2012

*//* AMADO U ODIADO VERANO*//*

*//Jenny G. *//*








Me pongo mis gafas de sol, la calina empieza a notarse en la piel... las plazas empiezan a abarrotarse de niños que  rompen la paz a balonazos..., madres deseosas de que empiece de nuevo el colegio., playas atestadas, y gritos que no dejan oir el calmante murmullo del mar, helados y chicles derretidos por el sol embadurnan las aceras... y la típica canción del verano, que oyes en cada esquina ,en cada radio,en cada lugar con el único objetivo de instalarse dentro de tu cabeza ,como un eco..sí!..creo que ya está aquí!demasiada antelación, sin respetar los tiempos y quitando protagonismo a la primavera, él siempre ha sido así! creyéndose el mejor,el más importante y todo porque la gran mayoría lo espera con impaciencia e incluso con deseperación,han hecho de él, la estación más arrogante.

El verano y yo nunca nos hemos llevado demasiado bien, quizás porque inconscientemente tengo la extraña sensación de nadar siempre contracorriente o de huir de lo que le gusta a la gran mayoría...quizás porque no conozco veranos desde otros lugares geográficos, o porque las muchedumbres y aglomeraciones estivales, que abarrotan  playas, terrazas y lugares más transitados, me irritan porque destruyen todo el encanto de cada lugar con los gritos y voceríos y no dejan paso a la inspiración , él y yo nos respetamos pero no nos compartimos , nos ignoramos mutuamente, lo observo alejada con indiferencia, o quizás simplemente porque siempre he estado enamorada del otoño,  de su climatología, de sus tonalidades , de la paz, y de la inspiración que me transmite..porque mi vida siempre es otoño sea cual sea la época del año...















*//Isabel V. *//*




Levanté la vista del globo terraqueo y la miré con ternura. 

- ¡ Irlanda !  el próximo verano ¡ de vacaciones a Irlanda ! - dijo con entusiasmo señalando la isla con el dedo.

Mientras mi madre seguía hablando de Joyce, de grandes acantilados y maravillosos lugares que jamás visitaríamos, me tumbé en la cama y exhalé un profundo suspiro. Con la mirada en el techo e hipnotizado por el suave movimiento del ventilador, otro verano más, inicié un fascinante viaje por el interior de mi mente.