domingo, 25 de marzo de 2012

MI MEDIA NARANJA

Isabel V..//**//


Yo no quiero un amor civilizado,
con recibos y escena del sofá;
yo no quiero que viajes al pasado
y vuelvas del mercado
con ganas de llorar.
Yo no quiero vecinas con pucheros;
yo no quiero sembrar ni compartir;
yo no quiero catorce de febrero
ni cumpleaños feliz.
Yo no quiero cargar con tus maletas;
yo no quiero que elijas mi champú;
yo no quiero mudarme de planeta,
cortarme la coleta,
brindar a tu salud.
Yo no quiero domingos por la tarde;
yo no quiero columpio en el jardin;
lo que yo quiero, corazón cobarde,
es que mueras por mí.
Y morirme contigo si te matas
y matarme contigo si te mueres
porque el amor cuando no muere mata
porque amores que matan nunca mueren.
Yo no quiero juntar para mañana,
no me pidas llegar a fin de mes;
yo no quiero comerme una manzana
dos veces por semana
sin ganas de comer.
Yo no quiero calor de invernadero;
yo no quiero besar tu cicatriz;
yo no quiero París con aguacero
ni Venecia sin tí.
No me esperes a las doce en el juzgado;
no me digas "volvamos a empezar";
yo no quiero ni libre ni ocupado,
ni carne ni pecado,
ni orgullo ni piedad.
Yo no quiero saber por qué lo hiciste;
yo no quiero contigo ni sin ti;
lo que yo quiero, muchacha de ojos tristes,
es que mueras por mí.
Y morirme contigo si te matas
y matarme contigo si te mueres
porque el amor cuando no muere mata
porque amores que matan nunca mueren.
Joaquín Sabina





Jenny G.//**//


Contaba Aristófanes que, en un principio, la raza humana era casi perfecta. Los seres eran esféricos como naranjas; tenían dos caras opuestas sobre una misma cabeza, cuatro brazos y cuatro piernas que utilizaban para desplazarse rodando, podían ser de tres clases:  hombre + hombre,  mujer + mujer y hombre + mujer, pero eran tan vanidosos que Zeus los castigó partiéndolos por la mitad con el rayo; y mandó a Hermes que a cada uno le atara la carne sobrante en torno al ombligo. Ya repuestos, los seres andaban tristes buscando siempre a su otra mitad, y si alguna vez llegaban a encontrarse con ella, se enlazaban con sus brazos hasta dejarse morir de inanición... y aunque sea una leyenda la gran mayoría  cree que hay una persona especial que la complemente, que llene su TODO, aunque creo que  volvemos a nacer, las veces que hagan falta con un único fin,la esperanza y la  ilusión de encontrar a nuestro yang,que múltiplique la alegría , la ilusión, el color del prisma, multiplicar lo bueno por dos si cabe,el que sepa diferenciar que mitad y mitad no hcen uno,sinó que hacen sólo dos medias mitades, pero que uno y uno consiguen ser dos..


Laura F.//**//


El ser completo es aquel que se encuentra así mismo. Se entiende, se mima y se sabe perdonar así mismo. Es entonces, quizás, cuando está preparado para unirse a otro ser completo y conseguir que la suma de los dos sea  un engranaje de entusiasmo y entendiemiento, actos positivos y racionales que lleven a lugares recónditos y maravillosos en los que se encuentra el amor. Que los convierte en unos negociadores perfectos, dejando atrás cualquier tipo de operación matemática errónea como: tu + yo= yo. El completar la media naranja es difícil. Tenemos que recomponernos a nosotros mismos y a nuestro ego para comprender que TODA la naranja es mejor que sólo la mitad. Y aunque dicen que siempre hay un roto para un descosido... vayamos pues aprendiendo a coser para que la sorpresa del egoismo y la madurez inacabada no nos coga desprevenidos....

No hay comentarios:

Publicar un comentario